FERIAS

El inicio del periodo conocido como “Cuaresma”, que está conformado por 40 días que anteceden a la Semana Santa, está marcado por el “Miércoles de Ceniza”, en el que los fieles católicos recuerdan su condición humana y temporal en este mundo, así como el origen de su existencia como creación divina a partir de la tierra, con la sentencia “Polvo eres y en polvo te has de convertir”. Pero este día de penitencia es también motivo de fiesta y colorido en Tenancingo, ya que constituye el centro de una costumbre artesanal y turística que se ha afianzado con los años, a partir de sus orígenes a mediados del siglo XIX, cuando los peregrinos que pasaban por aquí en su camino hacia Chalma vendían sus productos de alfarería para hacerse de medios para continuar su viaje. Esta costumbre ha llegado a conocerse últimamente como “Feria del Jarro”.

Tenancingo ha sido, por muchos años, el punto intermedio de las peregrinaciones que anualmente se dirigen al Santuario de Chalma. Hace ya mucho tiempo, desde el siglo XIX, la tarde del martes anterior al Miércoles de Ceniza pasaban por aquí indígenas purépechas, otomíes y mazahuas, provenientes de lo que ahora son los Estados de Michoacán y Querétaro, así como el norte y poniente del Estado de México, cargados con enormes fardos de zacatón en donde acomodaban bellas piezas de alfarería y cerámica de variados estilos y tamaños.

Al llegar a Tenancingo se instalaban en el atrio de la Basílica de San Clemente (El Calvario). Por la mañana del miércoles tendían sus puestos ofreciendo sus artesanías a los fieles que acudían a tomar ceniza, para reiniciar su marcha hacia Chalma el día jueves. Aproximadamente a partir de 1950 se determinó que estos artesanos deberían salir del atrio de la iglesia e instalarse en “La Calzada”, como se le conoce a la calle de Pablo González Casanova. En un principio apenas ocupaban unos cuantos metros, pero actualmente el número de puestos ha crecido, al grado de ocupar las tres cuadras que separan a la Parroquia del Templo del Calvario.

Los jarros de Tenancingo se han convertido en muestras de afecto, amistad y hasta “instrumento de conquista”, ya que si un hombre o una chica tienen especial interés romántico en alguien, pero no se atreve a declararse, un jarrito con el nombre de la persona amada es un buen pretexto para mostrar sus intenciones.

Ollas, cazuelas, jarros, comales, tazas, platos y demás artículos elaborados artesanalmente por artesanos alfareros del Estado de México y Michoacán se pueden encontrar en la Feria del Jarro de Tenancingo. Alrededor de 80 alfareros ofertan trastes, vajillas y utensilios de barro, cerámica y arcilla de alta temperatura principalmente. Los cuales, venden ya sea por pieza o por docena, además de que los artículos son decorados a mano con los más tradicionales diseños para decorar los hogares mexiquenses y mexicanos pues son muchos los turistas que se llevan un recuerdo de esta tradición.

Se celebra cada 8 de Marzo desde el año 2019. Cuentan con formas y sabores variados, como los cocoles de anís, piloncillo, nata, naranja, canela, queso, mantequilla, nuez, chocolate o zarzamora con queso, café con leche, higo y el pan francés.

Ubicada en la carretera Tenancingo-Malinalco, la población de San Miguel Tecomatlán mantiene esta tradición que se fortalece por la calidad del producto final. an Miguel Tecomatlán es una comunidad del Municipio de Tenancingo, se destaca por la elaboración de su tan conocido pan artesanal que es sumamente exquisito, y único en la región. Este producto es totalmente nativo del poblado y hay gran variedad de pan de distintas formas, aunque la forma circular es la típica, olores y sabores, así mismo los ingredientes con los que se elabora este producto son muy variados, pero la base para elaborar es la misma que la de cualquier otro pan, así como el proceso de cocción. Este pan es el producto de la combinación de harina, agua y levadura, amasado y horneado. Actualmente el pan de Tecomatlán puede encontrarse en diversos mercados de diferentes localidades y municipios.

El “Obispo” platillo típico de Tenancingo, es un embutido a base de carne de cerdo; lo hay en dos clases, el normal y el especial, este último, se elabora adicionado con diversas y finas semillas, tales como pasas, piñones, almendras, entre otros, pero el sabor y el gusto indiscutible lo dan los llamados “sesos” de cerdo. Es así que desde el año 2004, a instancias del ayuntamiento se organiza durante el tercer fin de semana de julio la feria del obispo, por lo que este festejo sólo dura dos días, con el fin de difundir el turismo en sus diversas ramas, pero principalmente, en la rica gama gastronómica que ésta ciudad ofrece.

El nombre de éste platillo procede, según la tradición popular, cuando un grupo de seminaristas al probar la entonces llamada “rellena de sesos” les pareció que era un platillo digno para un Obispo…y de ahí surgió el nombre. Este platillo es preparado a base de carne de cerdo la cual es posible gracias a los productores ganaderos de la entidad, así mismo los rastros en los que se procesa son regulados por SENASICA para avalar la venta de productos sanos y en condiciones óptimas para ser consumidos por las personas.

La Feria del Rebozo se lleva a cabo en el mes de septiembre desde el año 2002, es un evento donde se reúnen reboceros de Tenancingo, así como comerciantes y empuntadoras para exhibir y vender al público sus productos durante los tres días que dura dicha feria. En sus inicios la Feria se llevaba a cabo en la calle 14 de Marzo, frente el Mercado Riva Palacio, esto sucedió aproximadamente los primeros 2 años y posteriormente se trasladó al lugar donde ha sido la sede principal de la Feria del Rebozo, el Jardín Moleros, en el centro de la Ciudad de Tenancingo. Tiene como objetivo primordial, preservar la elaboración del rebozo, para de esta manera traer un desarrollo económico a las familias de los artesanos productores de rebozo.

Durante el desarrollo de la feria se pueden observar diferentes eventos artísticos y culturales, durante los 3 días en los que se lleva a cabo.

Accesorios y detalles elaborados de manera artesanal en diferentes técnicas que aportan una integración de las artesanías a atuendos cotidianos. Los artesanos tenancinguenses aportan una gran creatividad en dichos accesorios entre los cuales puedes encontrar zapatos, aretes, sombreros, carteras, corbatas y todo lo que no puedes imaginar.

FIESTAS

Inicia en la parroquia de San Francisco y se conduce a algún pueblo del municipio. su finalidad es acudir a los campos de cultivo para darles la bendición, se hace en el mes de abril de cada año por a noche de un día señalado por el sacerdote.

Se acostumbra en cada hogar poner un altar con las plantas que minuciosamente han sido cultivadas, cubriéndolas con un recipiente para impedir la penetración de la luz solar y obtener de ellas un color amarillento o verde pálido; además en cada altar hay jarras llenas de agua de diferentes sabores que es repartida a los visitantes.

Se coloca una ermita o altar en cada esquina del jardín Morelos, el recorrido se inicia en la parroquia de San Francisco y en cada ermita se hace una reverencia y se retorna a la parroquia.

El 4 de octubre, dedicado a San Francisco de Asís en la parroquia de la misma advocación. Además de estas, sobresalen las celebraciones realizadas en cada uno de los barrios que integran la cabecera, así como de las comunidades aledañas destacando:

  • San Miguel Tecomatlán, el 29 de septiembre.
  • La comunidad de Tepalcatepec, el 15 de agosto.
  • Barrio La Campana, el 3 de mayo.
  • Las cuales son acompañadas con danzas autóctonas, ceremonias litúrgicas, confirmaciones, casamientos, quema de juegos pirotécnicos, jaripeos y la presencia de juegos mecánicos.

    El 2 de febrero, los padrinos que arrullaron el niño Dios llevan a misa a su ahijado, los que sacaron muñeco al cortar la rosca de Reyes invitan a comer a sus compañeros de trabajo, amigos y familiares; habitantes de algunas comunidades salen en peregrinación al Santuario de San Juan de los Lagos.

    Si bien se le documenta de manera formal a partir de 1985, existen versiones que indican que su origen se remonta al año de 1875 cuando, a inicios de la época Porfiriana, las clases acomodadas que habían adquirido algunas costumbres europeas, buscaban en qué gastar su dinero y bebían finos licores, como coñac y whisky, en puestos adornados elegantemente.

    Cortinajes, cuadros de pinturas, flores y jarrones eran elementos que se utilizaban para decorar los puestos; las damas lucían disfraces variados, mientras se escuchaba la música de orquesta y bandas. Mientras que las clases menos favorecidas consumían buñuelos, tamales, pambazos y atole, productos que hasta la fecha llenan las calles con sus distintivos aromas y exquisitos sabores.

    Hoy en día este carnaval convoca a múltiples participantes de la sociedad e instituciones educativas, que se suman con entusiasmo al desfile, a través de ingeniosos carros alegóricos, que evocan desde tradiciones centenarias como el Día de Muertos, hasta bailables y comparsas con alegres coreografías llenas de movimiento, luces y colorido. Los festejos marcan el inicio de la Cuaresma y arrancan con la elección del Rey Feo y la quema del Mal Humor, sigue con el tradicional desfile y continúa con la verbena popular en las calles del primer cuadro, donde se pueden encontrar antojitos o dulces como palanquetas, frutas cristalizadas, alegrías y toda la variedad de la confitería típica. El Carnaval de Tenancingo da inicio el primer lunes previo al Miércoles de ceniza.

    Es en el primer domingo tras la primera luna llena de primavera. Día con el que se inicia la Semana Santa y que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, en la que la multitud lo recibió con gozo y lo aclamó como el Mesías. En el Domingo de Ramos los fieles se congregan en sus parroquias para recibir del sacerdote la tradicional bendición de las palmas y participar en la procesión y la Misa Solemne, en la que se lee el relato de la Pasión de Cristo.Se acostumbra llevar un ramo de laurel, palma, flores y copal en la procesión.

    El señor Felipe Medina Rosales, del Barrio de la Asunción en Zumpahuacán, mencionó que desde que era pequeño aprendió a tejer los ramos, sus abuelos iniciaron con la tradición y cada año dedican algunos días para abastecer la demanda del artículo para el Domingo de Ramos. Sentado da forma al ramo echo a base de palma, sus manos ya tienen práctica, elabora una pieza en menos de 10 minutos. Lo hace rápido pero tiene cuidado, destacó que la palma tiene espinas, puede lastimar los brazos y los dedos por eso, no toda la gente hace este tipo de ramos. Es una tradición que se va heredando de generación en generación. El también vendedor de gladiola, recordó que este tipo de ramos se utiliza para colocar en las casas, autos, los negocios es un símbolo de protección para las familias. Recordó que con el paso de los años, la tradición ha disminuido, los jóvenes ya no están interesados en colocar los ramos de palma, sin embargo, la tradición se niega a desaparecer.

    Viernes Santo: Se hace la escenificación de la Pasión de Cristo en Quetzalapa. Y por la noche el Viacrucis.